Hoy te traigo un post un poco diferente… Ya sabes que estoy liada con el tema de la carrera virtual, en esa búsqueda de alguna fundación, organización o asociación, que tuviera línea abierta de investigación para la donación de los fondos que recaudemos. Han sido muchas las asociaciones con las que he contactado, entre ellas y, gracias a @panypepinillo, que nos dio el chivatacillo, supimos que en la Universidad Rey Juan Carlos estaban con estudios activos. Me puse a investigar y encontré en redes una entrevista en Radio Fuenlabrada al Neuropsicólogo y Científico Roberto Fernandes Magalhaes, del equipo de Neurociencia Cognitiva Universidad, hablando sobre la fibromialgia. Me encantó: su manera tan sencilla y completa de explicarse, su pasión por el trabajo, sus ganas… Me gustó tanto, que contacté con él para pedirle que me explicara un poquito más en qué consistía esa línea de investigación sobre fibromialgia que tenían abierta.
Y, es cierto que, como él me explicaba, quizás, la investigación en la que están es muy básica, pero claro, básica para él. Porque para nosotras, sobre todo para ti, que te sientes tan incomprendida, tan sola, que tantas veces te han tachado de loca, de mentirosa o de mil barbaridades más, es un paso gigante. Porque, por fin, hay una luz al final de ese túnel. Porque gracias a investigadores como Roberto, cada día estamos más cerca, tal vez, de un tratamiento que nos “sane”. De momento, lo que sí tenemos ya aquí, son evidencias científicas de que la enfermedad existe. Y ese pasito, sí es un gran avance. Hoy, este post diferente, es una entrevista a Roberto Fernandes Magalhaes , psicólogo especialista en Neuropsicología e Investigador en el área de Psicobiología de la Universidad Rey Juan Carlos.
¿Quién eres?
Mi nombre es Roberto Fernandes Magalhaes, (con nº colegiado: M-28825). Graduado en Psicología por la Universidad Rey Juan Carlos. Cuento con un Máster Oficial en Neurociencia Cognitiva por la Universidad Complutense de Madrid y un Máster en Neuropsicología por la Universidad Complutense de Madrid.
¿A qué te dedicas?
Soy personal Docente e Investigador en el área de Psicobiología de la Universidad Rey Juan Carlos, donde centro mis investigaciones en el estudio de los mecanismos neurales involucrados en la disfunción cognitiva de pacientes con dolor crónico. He realizado estancias internacionales en el Laboratorio de Psicología Experimental de la Universidad de Gante, cuyos investigadores principales están centrados en el estudio de los mecanismos que subyacen al dolor crónico. Actualmente, tenemos dos líneas de colaboración entre ambas instituciones.
Imparto docencia en diferentes asignaturas del grado en Psicología, así como en distintos másteres oficiales de la Facultad de Ciencias de la Salud, como son el Máster en Neurociencia Cognitiva y Neuropsicología, y el Máster en Psicología General Sanitaria.
Participé en el desarrollo y difusión del área Multidisciplinar de la Clínica Universitaria de la Universidad Rey Juan Carlos. Actualmente, trabajo como neuropsicólogo en la Fundación Clínica Universitaria.
¿Cómo abordáis el dolor crónico?
En el equipo de la Unidad de Dolor Crónico de la Clínica Universitaria de la Universidad Rey Juan Carlos trabajamos con terapia multidisciplinar: Fisioterapia, Terapia Ocupacional, Psicología Clínica, Neuropsicología… En la Clínica tenemos la parte más asistencial y en la Universidad la parte de investigación, donde hay grupos de investigación para la fibromialgia tanto en Psicología, Fisioterapia, como Terapia Ocupacional.
Mi director de tesis, el Dr. Francisco Mercado Romero , lleva años estudiando la fibromialgia desde el punto de vista cognitivo (disfunción cognitiva), a través de distintas técnicas de neuroimagen. Cuenta con numerosas publicaciones y congresos a nivel nacional e internacional sobre la fibromialgia. Que, por cierto, anualmente participa en un curso muy interesante, realizado por otro de nuestros compañeros, el Dr. Francisco Gómez Esquer , que os recomiendo sin duda alguna “Paciente Experto en Enfermedades Crónicas”, que encontraréis en la web de la Clínica.
El equipo está formado por diferentes profesionales sanitarios (médicos, psicólogos, fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales) cada uno utilizando distintas técnicas. Donde, por ejemplo:
- La Dr. Irene Pelaez Cordeiro utiliza la resonancia magnética funcional (RMNf), enfocada a la percepción subliminar del dolor, donde se puede ver cómo se activan distintas estructuras cerebrales que modulan la percepción del dolor.
- La Dr. Paloma Barjola Valero utiliza el electroencefalograma (EEG), enfocado al estudio de la disfunción atencional y emocional en pacientes con fibromialgia.
- El investigador David Ferrera Garcia que tal y como publicó en junio del año pasado (tengo el artículo en PDF, adjuntamos) , intenta relacionar como determinados polimorfismos genéticos (COMT) están asociados a la disfunción cognitiva.
Todos tenemos COMT, pero existe una variante genética, con unos anhelos determinados: las pacientes con esa “rareza” rinden peor. Se ha visto que, en la fibromialgia, en función de si tienes este polimorfismo genético, tienes mayor sintomatología cognitiva y no tanto de dolor. Perfiles con más sintomatología física y otros más afectados en la parte cognitiva.
- Yo, que estudio los sesgos de atención a través de encefalograma: me centro en analizar como determinados contextos negativos, como pueden ser rostros con expresión de dolor, capturan recursos atencionales desproporcionados en las pacientes con fibromialgia. Evolutivamente, nuestro cerebro está preparado para que, ante una información o situación negativa, responda. Ante algo amenazante, desde una araña a un peligro mayor, el cerebro responde automáticamente para huir o luchar. En fibromialgia parece que hay una activación desproporcionada ante este estímulo. Pero no una percepción consciente, no una personalidad pesimista, sino algo automático, mayormente inconsciente. En mis estudios observo cómo se activa el cerebro ante una imagen que aparece 20-50 milisegundos: esa es mi línea de investigación principal: Observar los sesgos de atención en las pacientes con fibromialgia, con el fin de desarrollar tratamiento experimental que pueda reducir esta activación tan poco eficiente.
¿Qué conclusiones pueden extraerse de la investigación?
Parecería una investigación muy básica, porque no llegaría a aplicación clínica (es decir, no es un tratamiento), pero lo que estamos averiguando son los diferentes mecanismos que pueden explicar esa desregulación. Intentamos cambiar esa desregulación, para que el cerebro se active menos, pero no se sabe si a nivel cognitivo influirá.
Estamos intentado regular ciertas estructuras cerebrales ante ese procesamiento de estímulos negativos, amenazantes, incluso del propio dolor. Ese dolor desproporcionado que percibimos porque el cerebro lo interpreta así. Algo que no debería de doler, el cerebro lo interpreta como doloroso.
¿Algún consejo para darle a una persona que le acaban de detectar la enfermedad?
Un mensaje sencillo y claro, la fibromialgia existe, es una enfermedad que afecta al sistema nervioso central. No es inventado, no es psicológico, no es depresión.
Existen muchas personas con la enfermedad que aprenden a gestionar y a convivir con el dolor.
¿Crees que en un futuro, inmediato o no, tendremos respuestas?
Sería maravilloso poder decir que existe una cura para la enfermedad, pero a día de hoy todo se encuentra bajo experimentación. Lo que existe son muchos investigadores, clínicos, asociaciones etc. que caminan en la misma dirección: Aportar su granito de arena al conocimiento de la enfermedad.
Aunque a día de hoy tenemos más preguntas que respuesta, llegará un día donde la balanza se invierta. Todo consiste en perseverar, luchar, y por qué no….creer .
Me quedo con esa frase, sin duda alguna. Mi agradecimiento eterno, Roberto, por tu amabilidad, generosidad y por ayudarnos tanto, con vuestro pequeño, pero gran paso. Seguiré muy atenta a todas vuestras investigaciones. Por otra parte, recordaros a todas que hoy es el último día para la inscripción al curso. Ojalá este artículo te aporte ese hilo de esperanza que, a veces, es tan difícil conseguir.